El caso de Tim Ribberink
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Seguridad en la red
03 octubre 2012
"Querido papá y mamá, toda mi vida he sido ridiculizado, abusado, intimidado y excluidos.Ustedes son fantásticos. Espero que no estéis enojados. Hasta la vista, Tim ".
El joven Tim, estudiante de Historia, era víctima del ciberacoso por parte de personas que lo insultaban a través de la web de la heladería en la que trabajaba algunas horas al día.
Uno de los primeros mensajes se remonta a 2010 y apareció en un foro de hostelería firmado por un falso Tim en el que hablaba mal de la heladería en la que trabajaba, mientras que el segundo, también escrito por el acosador haciéndose pasar por el joven estudiante, se autoinsultaba llamándose "perdedor y homosexual".
El caso de Amanda Todd
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Seguridad en la red
02 octubre 2012
“No tengo a nadie. Necesito a
alguien. Me llamo Amanda Todd”. A través de pequeñas cartulinas, sin decir ni
una sola palabra, la joven de 15 años fue relatando su historia. Una trágica
historia que comenzó cuando a los 12 años, un extraño con el que contactó en
Internet le pidió que le mostrara los pechos.
Pasó un año de aquello y el
desconocido comenzó a acosarla a través de Facebook. Con un mensaje le pidió
que se desnudara frente a la cámara para él si no quería que sus fotos,
desnuda, acabaran publicadas en la web. Su acosador cumplió su amenaza y una noche
la policía llamó a la puerta de la casa de la familia Todd a las cuatro de la
madrugada: las imágenes de Todd estaban ya en los ordenadores de sus
profesores, amigos y familiares.
Todd describe su infierno con
frases cortas, “Me insultaban y me juzgaban”, “Perdí todos mis amigos y
el respeto de la gente”. En este punto de la grabación, Todd muestra un mensaje
que dice: “Nunca podré recuperar esa foto. Está ahí para siempre”.
De nada valió que Todd cambiara
de ciudad y a la vez de colegio. El ciberacoso volvía a surgir. Su verdugo
acababa sabiendo de sus nuevos amigos, colegio, profesores y volvía a humillar
a la joven.
En una ocasión, más de 50
personas la estaban esperando a la entrada de su nuevo instituto porque se
había extendido el bulo de que quería robarle el novio a una chica.
“¡Golpéala!”, chillaban los presentes mientras grababan la agresión.
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